Retrasos en el cronograma y fallas en la estructuración financiera de los proyectos caracterizan la construcción y reforma de los estadios para el Mundial 2014, pero, en este escenario, algunas obras se destacan por la innovación
Rodrigo Conceição Santos y Nelson Valêncio
Cuando el balón entre en juego en el Mundial de Fútbol de 2014, Brasil deberá haber atendido a una extensa lista de exigencias establecidas por la FIFA, cuyo cumplimiento podrá marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en la organización de uno de los más grandes eventos deportivos del mundo. Para que la experiencia brasileña no se frustre, el país tiene un largo camino por recorrer. Además de las inversiones en aeropuertos, hoteles, urbanización y transporte público, también es necesario remodelar los estadios, que seguramente se convertirán en el centro de las atenciones de todo el mundo.
Decir «hay mucho por hacer» es, en verdad, un recurso de expresión, ya que el país precisa realizar prácticamente todas las obras necesarias en los sectores de infraestructura e implantación de las arenas deportivas. En este sentido, además del camino ser largo, el tiempo es escaso, pues una buena parte de las obras previstas deberá estar lista en el 2013, año en que se compite la Copa de las Confederaciones y que servirá como una especie de prueba para el evento principal.
Ante este panorama, los expertos coinciden en que es necesario realizar una eficaz y rigurosa administración de las obras, no tan sólo por el corto plazo de ejecución, sino también porque, en algunos casos, todavía no se ha definido muy bien quiénes asumirán la responsabilidad financiera. El problema es aún más grave en lo que respecta a las construcciones de las instalaciones deportivas. Según explica Braúlio Gomes, economista jefe de la firma LCA Consultores, la inversión en la construcción o remodelación de los doce estadios será de 5600 millones de reales, lo que equivale al 24,7 % de los 22 700 millones de reales que demandarán las obras civiles para el Mundial del 2014.
Proyectos buenos y malos
El monto, de acuerdo con los expertos, sería muy superior al promedio de casos de éxito recientes, como el Mundial de Fútbol de Alemania de 2006 y los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, que destinaron respectivamente el 11 % y el 9 % del total de las inversiones a las obras de los estadios. Estos casos ilustran cómo modelos basados en la planificación evitan desperdicios, cuyos costos siempre acaban afectando el bolsillo del contribuyente.
Los Juegos Panamericanos 2007 de Rio de Janeiro siguieron la dirección opuesta: los costos del evento, estimados inicialmente en 400 millones de reales, terminaron ascendiendo a 3500 millones de reales. La ciudad de Atenas, a su vez, corre con gastos anuales de 100 millones de reales solo para mantener la infraestructura deportiva construida para los Juegos Olímpicos 2004, sobredimensionada para las demandas de la capital griega.
Según la opinión de Ricardo Araújo, consultor en el área de gestión de centros deportivos, muchos proyectos relacionados con el Mundial 2014 «adolecen de falta de sostenibilidad económica». Algunos de estos proyectos, en realidad, son débiles desde su origen, porque los estados ni siquiera negociaron su concesión a clubes de fútbol u otras entidades, después del Mundial 2014. En otros casos, como el de Cuiabá, estado de Mato Grosso, se considera que el público normal no paga la inversión de 402 millones de reales necesaria para construir el nuevo estadio y hacer las mejoras en su entorno.
Ejemplo de Rio Grande do Sul
En Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, el hecho de que la ingeniería financiera de la reforma del estadio Beira-Rio está a cargo de club Internacional es una ventaja para el proyecto, cuyo costo se estima entre 150 y 200 millones de reales. Por lo tanto, las administraciones de los estados y municipios pueden destinar sus inversiones exclusivamente a proyectos de infraestructura. Incluso la rivalidad futbolística entre los clubes locales se ha capitalizado a favor, ya que en el estadio de Gremio —donde no se jugará ningún partido— se usará como centro de entrenamiento y prensa.
Con un presupuesto de 400 millones de reales, la reforma transformará este estadio en un complejo con centro de convenciones, centro comercial, hotel y varios edificios comerciales y residenciales, además del estadio de fútbol, por supuesto. La obra estará a cargo de OAS, que participa en el proyecto en calidad de inversor. Dada la frágil situación financiera de los clubes brasileños, parte de la reforma se pagará a través de la cesión del terreno del estadio actual y un porcentaje de las ganancias netas de los partidos.
Ante este buen ejemplo, la estructuración del estadio de Cuiabá se destaca de forma negativa. Frederico Turolla, director de la empresa Pezco Consultoria, estima que, en vista del ingreso provisto por las entradas en la capital de Mato Grosso (700 espectadores por partido), no se logrará un retorno de la inversión antes de transcurridos 350 años. Por otra parte, Yênes Magalhães, director de Agecopa, organismo especial creado por el gobierno de Mato Grosso para la gestión del evento, tiene otra opinión.
Estadio desmontable
Dice que la construcción del estadio es uno de los 28 proyectos en curso para preparar el estado como subsede del Mundial 2014, que demandan una inversión total de más de 2600 millones de reales. Diseñado como un parque de usos múltiples de 300 000 m2 de superfície, el estadio está pensado para evitar que se convierta en un «elefante blanco». Como está construido en módulos de 8x8 m de estructura de acero, fijadas con tornillos, y hormigón prefabricado, puede tener su capacidad reducida de 42 000 a 28 000 lugares después del Mundial, simplemente desmontando ciertos módulos.
El caso de Cuiabá no es nuevo. Danilo Carvalho, director de Stadia, cita otros casos como el ANZ Stadium de Australia, cuya capacidad se redujo de 110 000 a 80 000 espectadores, y Red Bull Arena de Austria, que pasó de 30 000 a 18 500. El Estadio Olímpico de Londres, a su vez, construido para los Juegos Olímpicos 2012, se reducirá de 80 000 a 25 000 lugares después del evento.
Los desafíos que plantean las obras de los estadios no se limitan a los aspectos constructivos. Los requisitos de la FIFA para la transmisión de los partidos y los servicios a los patrocinadores imponen una serie de condiciones a los proyectos. Un ejemplo es la infraestructura para la transmisión por televisión, que requiere una superficie de 35 000 m² para albergar todo el equipamiento de las emisoras durante los partidos de inauguración y clausura del torneo. Este es uno de los factores que juegan en contra, por el momento, contra el estadio Morumbi de la ciudad de São Paulo.
Una vez que la FIFA desaprobó el proyecto básico de reforma, el estado de Sao Paulo respondió anunciando la construcción del nuevo estadio del club Corinthians. Sin embargo, todavía no está definido cuál será el estadio principal, una razón adicional para que otras capitales de los estados brasileños se postulen como sede de la ceremonia inaugural del Mundial 2014.
Construcción sostenible
Desde el pasado mes de julio, cuando el gobierno de Bahía y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunciaron que Salvador se postulaba también, al lado de Sao Paulo, como sede de la ceremonia inaugural de la Copa Mundial de Fútbol 2014, las obras de ex estadio Fonte Nova, ahora rebautizado como Arena Salvador, tomaron un nuevo impulso. Con una capacidad de más de 50 000 espectadores —además de un restaurante panorámico, un museo del fútbol, un museo de la música y un centro comercial— el estadio está siendo reconstruido siguiendo principios de sostenibilidad.
La demolición del viejo estadio, por ejemplo, fue planificada para permitir el reciclaje de 1500 toneladas de hierro y el reaprovechamiento de 40 000 m³ de material de implosión, que está en proceso de trituración para su uso en la obra del nuevo estadio y otros proyectos en la ciudad. «A la par de los de Cuiabá (Mato Grosso) y Belo Horizonte (Minas Gerais), el estadio de Salvador es uno de los únicos que está al día con el cronograma de obra», dice Ney Campello, secretario de la Secretaría Extraordinaria para Asuntos de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 de Bahia (Secopa-BA).
Responsable de la construcción del nuevo estadio, el consorcio Arena Salvador 2014, formado por las empresas constructoras OAS y Norberto Odebrecht, contrató la demolición de la estructura existente a la empresa Arcoenge, que está terminando el tratamiento de los escombros generados en el proceso. Los cimientos de la nueva estructura deben empezar a construirse en noviembre. «Usamos un avanzado método de implosión, que incluye la protección de las columnas con malla galvanizada (tipo cerca) y una manta especial de recubrimiento, con capacidad para absorber de manera eficiente el impacto de los materiales producidos por la voladura», dice José Virgilio Mazza Batista, ingeniero de Arcoenge.
Cuidados en la implosión
El proceso de implosión requirió el uso de 270 kg de explosivos, 15 000 m2 de manta de protección y 15 000 metros cuadrados de malla galvanizada para recubrir los pilares. Los explosivos se introdujeron en la estructura de hormigón en barrenos perforados manualmente con herramientas neumáticas. «En los lugares más altos, el servicio requirió el uso de plataformas de trabajo aéreo, dos de tijera y ocho telescópicas, una de las cuales con alcance de 42 m, como ninguna otra en Brasil.»
La cantidad de equipos de elevación podría haber sido aún mayor si las cuestiones de seguridad no hubieran impedido la implosión de la parte del estadio en que se encontraba la tribuna de honor. Para evitar el impacto de la operación en los edificios circundantes, esta parte de la estructura se segregó, con el uso de martillos y cizallas hidráulicos, de la parte que sería volada y, más tarde, se demolió mecánicamente.
Batista dice que antes de la detonación, Arcoenge hizo pruebas preliminares en algunas estructuras, y supervisó el impacto de la operación en el entorno del estadio a través de 10 sismógrafos instalados en el área circundante. «Descubrimos que, en algunos puntos, la circulación normal de vehículos generaba más vibraciones que la implosión.»
Demolición mecánica
A la fecha, Arcoenge está terminando de demoler mecánicamente la estructura, usando martillos y cizallas hidráulicos montados en excavadoras de 22 toneladas.
Las herramientas fragmentan los bloques de hormigón de mayor tamaño y, luego, se ponen en acción mordazas pulverizadoras Atlas Copco que separan el hormigón de las barras de hierro. Con el uso de tres mordazas pulverizadoras montadas en excavadoras de 38 toneladas, se manipula un promedio de 150 m3/día de materiales, separando el hormigón de la armadura.
«Esta herramienta funciona de forma parecida a una mano humana y, debido a su alta capacidad para segregar el hierro del hormigón, optimiza la separación totalmente mecánica de los materiales», explica Marcelo Camargo, gerente de negocios de la línea de herramientas de demolición de Atlas Copco. Después de la separación de los materiales, las mordazas colocan las barras de hierro y los restos de hormigón en pilas diferentes. «Esto facilita la carga del hierro usado, que se encamina al reciclaje, y del hormigón, que se procesa en trituradoras autopropulsadas», dice Batista, de Arcoenge.
Todo el acero recogido de los escombros de la antigua estructura está siendo recolectado por MM Metais, una empresa en la región que los transporta a la planta de Gerdau para su reciclaje. La siderúrgica se postuló para llevar a cabo el proceso de separación de materiales a cambio del hierro viejo obtenido. «Pero Gerdau no pudo hacerse cargo del procedimiento porque no contaba con un método de recogida y separación de materiales», explica Luiz Goes, del consorcio Arena Salvador.
El hormigón de demolición, por su parte, se procesa en dos conjuntos autopropulsados de trituración de la serie Metrotrack de Terex, equipados con trituradoras de mandíbulas, que tratan hasta 550 m³/día de escombros, convirtiéndolos en grava de 2 pulgadas. Goes estima que, de los 40 000 m³ de grava que se generarán en total, entre el 40 y el 60 % se reaprovechará en la construcción del estadio, en rellenos y subbases de calzadas. «El resto se destinará a otras obras de infraestructura de la ciudad de Salvador», dice.
Maquinaria usada
Ney Campello, secretario de Secopa-BA, afirma que el proceso de demolición del estadio Fonte Nova es un ejemplo de la preocupación del gobierno por la sostenibilidad en la eliminación del material de implosión. Como el trabajo está al día según el cronograma de obra, hace uso de estos argumentos y del atractivo turístico de la ciudad de Salvador, para reclamar que la ceremonia inaugural del Mundial se realice en el estadio de Bahía.
Volviendo al proceso de demolición, solo en esta etapa, el consorcio a cargo de la construcción usa 11 excavadoras hidráulicas, algunas de las cuales están equipadas con cucharones y otras herramientas hidráulicas como: cizallas, martillos y mandíbulas pulverizadoras. También forman parte de la flota 10 equipos de elevación de personas, 2 trituradoras autopropulsadas, 2 cargadores frontales, 5 retroexcavadoras y 40 volquetes.
Como el consorcio a cargo de la construcción todavía no ha definido el método de cimentación de la nueva estructura, Goes no puede especificar la maquinaria que se usará en esta etapa de la obra. Dice que se deben usar otras plataformas de trabajo aéreo en la ejecución de los servicios de terminación de interiores y exteriores. «También prevemos la necesidad de 6 grúas torre con capacidad de carga de 100 t y tres grúas autopropulsadas con capacidad de 250, 300 y 70 t cada una». Las grúas torre trabajarán en la colocación de las columnas exteriores y la ejecución de las estructuras de hormigón coladas in situ, mientras que las grúas autopropulsadas montarán las piezas prefabricadas.
Se calcula que la construcción de Arena Salvador demandará más de 14 000 partes de hormigón premoldeado para el montaje de vigas, columnas, losas alveolares y gradas, además de 40 000 m3 de hormigón colado in situ, para lo cual, se prevé la instalación de una planta de premoldeados en la obra, equipada con una central mezcladora y dos silos.
Nuevo Maracaná
Ya asignado para el partido final y la ceremonia de clausura del Mundial, el estadio Maracaná tendrá su capacidad adecuada para 70 000 espectadores. El proyecto ejecutivo de la obra todavía está en proceso de aprobación, pero como recientemente fue objeto de reformas, la adecuación a las normas de la FIFA no requiere el rebaje de la cancha. La renovación incluye la demolición parcial y reconstrucción de gradas, refuerzo estructural y la construcción de camarotes y rampas de acceso nuevos, rediseño y cambio en las dimensiones del campo y la instalación de una nueva cobertura, aumentando la ya existente. El proyecto está presupuestado en 705 millones de reales y será financiado por el gobierno nacional y el de Río de Janeiro.
Para evitar atrasos, el consorcio Maracaná 2014, formado por las empresas constructoras Andrade Gutiérrez, Delta y Odebrecht, está planificando empezar la remodelación sin esperar por la aprobación del proyecto ejecutivo, tal como explica Daniel de Souza Filiardi Junior, director de operaciones de la obra del Maracaná. «Como el estadio se transformará en una arena, se demolerá la parte inferior y la pendiente de las nuevas gradas será más pronunciada, de modo que las personas sentadas en la fila superior estén por lo menos 2 cm por encima de las de la fila anterior, que es un requisito de la FIFA», dice.
También se construirán camarotes nuevos, para cumplir las normas requeridas para los estadios que en que se juegan partidos de la Copa Mundial. Esto significa que los actuales camarotes del Maracaná, ubicados alrededor del estadio, se eliminarán y se instalarán los nuevos en la parte central del campo, cerca de la salida de los vestuarios. «Los camarotes nuevos tendrán salas más amplias y cómodas», dice Filiardi.
Cobertura importada
La modificación más importante del estadio, sin embargo, es la referida a la cobertura. En sus palabras: «la ingeniería de construcción de esta cobertura es el único proceso que aún no dominamos totalmente en Brasil». Por consiguiente, el consorcio decidió importar parte de la tecnología, que se basa en el uso de lonas especiales que recubren una estructura metálica.
Filiardi dice que la compra de este material se está negociando con empresas de cuatro países. «El resto de la estructura constará de dos anillos de compresión alrededor de todo el estadio.» Solo las lonas se importarán; los tubos de acero que conformarán la estructura metálica de la cubierta se fabricarán y ensamblarán localmente. «El proceso de montaje es muy avanzado. Estos dos anillos de tubos se instalarán con una separación de 7 m, de modo tal que la tubería inferior comprima y la superior presione la estructura.»
El montaje se hará por etapas. «Podemos comparar con una pizza dividida en 60 porciones, de modo que la estructura se va ensamblando poco a poco», explica. Solo este montaje, con el uso de grúas de gran envergadura —400 t de capacidad de carga— debe tomar alrededor de un año. «Por lo tanto, todo el resto de la obra debe estar terminado antes de finales del 2011, para que podamos montar la estructura de la cobertura durante el año siguiente y entregar el nuevo Maracaná para la celebración de la Copa Confederaciones», dice.
Obras complementarias
Las obras a las que se refiere Filiardi van desde los cimientos hasta el montaje de premoldeados de hormigón para la instalación de gradas, rampas de acceso y otras estructuras interiores. «Además de las terminaciones interiores, que se realizarán con el uso de plataformas de trabajo aéreo.» El diseño de los cimientos requerirá un relevamiento a fondo del suelo, a fin de que las nuevas estructuras y las que queden de las viejas, tengan capacidad suficiente para soportar el peso de la cobertura.
El hormigón prefabricado se producirá fuera de la obra y se lo transportará en camión hasta el emplazamiento de la obra. Por su parte, las estructuras metálicas de la cobertura, a pesar de que se fabricarán en plantas externas, se premontarán en la obra, a fin de facilitar su instalación.
Filiardi dice que el presupuesto de 705 millones de reales previsto en el contrato solo incluye las obras de remodelación del estadio, sin tener en cuenta el entorno. «Sabemos que es necesario construir un área de hospitalidad para los aficionados fuera del estadio, además de otros proyectos de infraestructura, e incluso considerar la construcción de un depósito de regulación de aguas pluviales en la región para evitar inundaciones. Pero la responsabilidad del consorcio Maracaná 2014 se limita al estadio propiamente dicho», concluye.
Renco suministra maquinaria a la obra
Dos líneas de máquinas distribuidas por Renco están haciendo sentir su presencia en la obra del estadio Arena Salvador: las excavadoras hidráulicas y las herramientas de demolición. Las excavadoras de 17 y 22 t de la marca surcoreana Doosan, representada por Renco en las regiones Norte y Noreste de Brasil. Entre las herramientas, las más destacadas son las cizallas hidráulicas Everdigm, según la opinión del Ing. José Virgilio Mazza Batista, jefe de producción de Arcoenge, subcontratista a cargo de la demolición del estadio. «Este trabajo está marcado por el uso intensivo de la demolición mecánica, con el fin de lograr una operación sostenible y con baja emisión de ruido», dice.
Fuentes:
Agecopa: www.agecopa2014.com.br
Arcoenge: www.arcoenge.com.br
Atlas Copco: www.atlascopco.com.br
Consorcio Arena Salvador: www.arenasalvador2014.com.br
Constructora Andrade Gutierrez: www.andradegutierrez.com.br
Constructora Norberto Odebrecht: www.odebrecht.com.br
Grupo Stadia: www.grupostadia.com.br
LCA Consultores: www.lcaconsultores.com.br
Pezco Consultoria: www.pezco.com.br
Renco Equipamentos: www.renco.com.br
Secopa-BA: www.secopa.ba.gov.br
Lista de obras atrasadas
Proyectos como los de Fortaleza (Ceará) y Natal (Rio Grande do Norte), encabezan la lista de estadios que están atrasados en relación con cronograma de obra
A diferencia de Salvador y Río de Janeiro, donde las obras de los estadios avanzan a paso redoblado, en algunas subsedes del Mundial 2014 todavía están enredadas en la burocracia. En Fortaleza, estado de Ceará, por ejemplo, recién en setiembre próximo pasado se concluyó la licitación para la remodelación del estadio Castelão. El consorcio formado por Galvão Engenharia, Serveng y BWA se hizo cargo de una de las obras más atrasadas del torneo, especialmente, teniendo en cuenta que la fecha límite de finalización es diciembre del 2012.
Con un presupuesto de 450 millones de reales, Arena Recife es uno de los estadios cuyo proyecto básico fue aprobado por la FIFA, pero cuyas obras no salieron del papel. A pesar del atraso, el proyecto prevé otras funciones además de los partidos de fútbol, tales como conciertos, encuentros religiosos, ferias y convenciones. A medida que el proyecto madure, se espera que atraiga a los grandes clubes de Recife a gestionar el negocio hasta el comienzo de la Copa Confederaciones. El proyecto cuenta con inversiones de los gobiernos federal y estatal, en colaboración con las empresas ISG y AEG que operan en eventos deportivos y culturales, respectivamente y que, en principio, son responsables de su gestión.
El estadio tendrá capacidad para 46 000 espectadores y la estructura de hormigón se montará en parte con piezas premoldeadas y en parte con hormigón colado in situ. Según un portavoz del estadio, la construcción requerirá la movilización de maquinaria común en obras de movimiento de tierra, así como grúas torre y grúas autotransportadas para el levantamiento de las piezas prefabricadas y otros materiales. Además, se instalarán en la obra plantas y bombas de hormigón.
Indefiniciones
En Sao Paulo, el estadio de Corinthians, programado para ser construido en asociación con la empresa constructora Norberto Odebrecht, se ha convertido en la primera opción para los partidos del Mundial que se jugarán en la ciudad, una vez que la FIFA desaprobó el proyecto de Morumbi. Incluso con otras opciones, como la reforma de Parque Antártica, el estado es el único que, al cierre de este número de M&T, todavía no había definido cuál será su campo de juego en el Mundial. El estadio Arena Corinthians fue diseñado por el estudio de arquitectura CDCA, con capacidad para 48 000 espectadores, pero, para recibir el juego inaugural, el proyecto tendría que ser redimensionado para 65 000 lugares, tema que está siendo ampliamente discutido entre las partes interesadas.
En Curitiba, estado de Paraná, el estadio Arena da Baixada del club Atlético Paranaense todavía depende de un acuerdo para la financiación del presupuesto de 130 millones de reales. El importe se invertiría en la construcción de un cuarto nivel de gradas y la cobertura del estadio, un grado de remodelación más sencillo que el de la mayoría de los otros estadios en que se jugarán los partidos de la Copa Mundial 2014.
Hasta fines de septiembre, el gobierno municipal de Curitiba y el gobierno del estado de Paraná estaban evaluando la captación de 90 millones de reales en bonos de construcción y el resto de la inversión estaría a cargo del club Atlético Paranaense. Pero no se ha definido nada hasta ahora.
Dunas de Natal, estado de Rio Grande do Norte, es el único de los nueve estadios que cuentan con inversión pública y que todavía no ha publicado el pliego de licitación para su construcción. Hasta fines de septiembre, las autoridades locales estaban debatiendo la ejecución de los proyectos básico y ejecutivo del futuro estadio, los más caros de todos los estadios del país. A raíz de la presión de la Cámara Legislativa y los opositores políticos, el gobernador Iberê de Souza ha rescindido el contrato del proyecto ejecutivo, presupuestado en 12,6 millones de reales, y ha logrado que el proyecto básico se redujera de 14,8 a 4 millones de reales.
Infraestructura: una carrera contra el tiempo
En las subsedes del Mundial 2014, cerca de 800 proyectos de infraestructura demandan una inversión total de más de 104 000 millones de reales
El monto de la inversión total en la Copa Mundial de Fútbol 2014 varía desde el relacionado sólo con la construcción civil, estimado en 22 700 millones de reales, hasta el que incluye todas las mejoras en la infraestructura y que asciende a 104 000 millones de reales. El primero es una estimación de la firma LCA Consultores y el último se refiere a los 786 proyectos listados por la Asociación Brasileña de la Infraestructura e Industria de Base (Abdid).
Los proyectos se concentran más en el ámbito de la movilidad urbana, que incluye desde carriles exclusivos para autobuses a la construcción de líneas metros de superficie, con una inversión total de 61 000 millones de reales. Un ejemplo es la ciudad de Salvador, que prevé la implementación de un carril exclusivo para autobuses expresos o de tránsito rápido, presupuestado en 570 millones de reales, para unir el aeropuerto con las inmediaciones del nuevo estadio Fonte Nova. El proyecto es uno de los varios sistemas de autobús de tránsito rápido (Bus Rapid Transit) en proceso de implementación en las subsedes del Mundial 2014. Por otra parte, las obras en los alrededores del nuevo estadio demandarán una inversión de 38,5 millones de reales.
La hostelería y las demandas de saneamiento urbano comparten el segundo lugar, cada una con una inversión de aproximadamente 12 000 millones de reales. Pero es importante tener en cuenta que la inversión en la construcción y renovación de hoteles podrá ser superior a las previsiones iniciales, ya que dependen únicamente de la iniciativa privada. En el caso del saneamiento, sin embargo, la evaluación no es tan positiva, teniendo en cuenta que las adjudicaciones en el sector cesaron en el 2007, cuando se estableció un nuevo marco regulatorio.
Con una inversión estimada en 6000 millones de reales, las obras de los aeropuertos no avanzan con la suficiente rapidez. Sólo en el último partido del Mundial, la cantidad de jets ejecutivos que aterriza en un solo día en la ciudad llega a aproximadamente 1500, cifra registrada en el Mundial 2006 en Alemania, y que exigió un esfuerzo especial a las autoridades aeroportuarias alemanas, famosas por su organización. Ciudades como Curitiba y Cuiabá son dos ejemplos de que los gobiernos locales están preocupados y han tomado medidas para minimizar los retrasos en los despegues y aterrizajes.
En Mato Grosso, según el director de planificación de Agecopa, el gobierno estatal decidió aportar los aproximadamente 80 millones de reales necesarios para ampliar el aeropuerto de la capital, a fin de evitar que la ciudad fuera rechazada como subsede de la Copa Confederaciones. En el caso de Curitiba, donde la planificación para el Mundial 2014 está avanzada, en clara demostración de por qué la ciudad es un ejemplo de urbanismo, lo que desentona es, de nuevo, el aeropuerto. De acuerdo con Susana Afonso da Costa, asesora de Asuntos de la Copa Mundial, Paraná tomó una medida similar a la de Mato Grosso y espera reducir los retrasos en el aeropuerto Afonso Pena.
Con respecto a energía eléctrica, se ha previsto una inversión de 2600 millones de reales, distribuida en 128 proyectos, de acuerdo con Mello. La inversión se concentra en la distribución, especialmente en la instalación de subestaciones. Más del 75 % de la inversión se destinará a las redes de distribución en las ciudades. Un dato curioso es que la principal fuente de energía de los estadios será de grupos electrógenos, y las empresas locales serán responsables de suministrar la línea de reserva, es decir, un principio opuesto al habitual.
Estos son algunos ejemplos de los casi 800 proyectos actualmente en curso, que deben afectar a diversos sectores, tal como el de producción de acero y toda la cadena de materiales para la construcción. El reto es vencer el obstáculo del tiempo hasta el 2013.
Av. Francisco Matarazzo, 404 Cj. 701/703 Água Branca - CEP 05001-000 São Paulo/SP
Telefone (11) 3662-4159
© Sobratema. A reprodução do conteúdo total ou parcial é autorizada, desde que citada a fonte. Política de privacidade