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Manzana de la discordia

Actualización de la NR-12 crea impase en la industria de máquinas y equipos al desconsiderar el impacto económico y operacional de las nuevas y numerosas exigencias

Por Marcelo Januário

La efectividad de la nueva Norma Reglamentaria nº 12 (NR-12) está movilizando la industria como hace mucho tiempo no ocurría en relación a cuestiones legales. Eso porque la versión actualizada de la ley – que versa sobre “Seguridad en el Trabajo en Máquinas y Equipos” – amplió de 40 para 340 los artículos preventivos obligatorios que deben ser observados, incluso equipos ya en utilización. Hay que subrayarse que, desde diciembre de 2013, cuando fue publicada la Portaria nº 1.893, todos los artículos se volvieron obligatorios y auditables por el Ministerio del Trabajo y Empleo (MTE), que pasó con ejercer una fiscalización implacable sobre el mercado.

De salida, es necesario considerar que la norma en sí misma no constituye un estigma, pues recae sobre un aspecto crucial en cualquier operación con equipos de construcción pesada. “No podemos abrir mano  de la prevención y tampoco transferir para el trabajador el gerenciamiento del riesgo”, subraya Geraldo  Guimarães Tanure, gerente de salud y seguridad del trabajo de Constructora Barbosa Mello. “De hecho, son necesarias inversiones en equipos más seguros, que no permitan que el trabajador cometa fallas en la operación a través de dispositivos ‘anti-tontería’”.

Para él, el problema es primario, pues la industria todavía no está preparada para proveer el mercado con equipos más seguros. “Algunos fabricantes ni siquiera saben cómo crear soluciones seguras”, afirma. “Uno debe considerar que muchos equipos en uso tiene vida útil superior a 30 años y no son amigables a las adecuaciones exigidas por la norma.”

Es decir, el problema es de forma, no de contenido. Para los expertos, como veremos, la nueva NR-12 representa un cambio tan abrupto en las reglas que, a pesar de la prerrogativa de constituir un importante instrumento de prevención de accidentes con máquinas y equipos en Brasil, tendrá un enorme impacto en diversos sectores empresariales, que ya tienen la previsión de un peso inicial alrededor de 100 mil millones de reales para adecuar la maquinaría. Fuera los impactos causados en la competitividad de la industria. En ese punto, como recuerda Tanure, es también importante considerar el hecho de que las empresas que priman por la seguridad se vuelven menos competitivas delante de aquellas empresas que no valorizan la vida, pues la tecnología de seguridad a ser embarcada en los equipos aumenta los costos de los productos y servicios. “Garantizar la seguridad requiere una inversión alta, pues no se resume a comprar EPI’s” subraya. “El objetivo de la NR-12 es actuar desde la eliminación de la fuente [de riesgo] hasta los controles de ingeniería, o sea, retirar del empleado el poder de decisión de ejecutar una actividad insegura.”

DIFICULTADES

“Pero los cambios deben ser planeados con un amplio diálogo entre el gobierno y la industria, a través del entendimiento triple “, refuerza Tanute. Y es justamente aquí que surgen las dificultades.

Contribuyendo  para un indeseable escenario de conflicto, la postura del gobierno federal tiene sido abiertamente draconiana, provocando críticas del medio empresarial. Según reportaje de 12 de noviembre de 2013 del periódico O Estado de S. Paulo, aun reconociendo las dificultades “el gobierno resiste en modificar su propuesta y está ampliando las puniciones a los infractores”. O sea, sin conversa.

En el año pasado, según datos pesquisados por la publicación de São Paulo, los procesos y notificaciones por incumplimiento  han disparado, registrando hasta aquella fecha un estratosférico aumento del 125,6% en relación a 2007. “El parque industrial no estaba preparado porque no acompañó”, se defiende al OESP el coordinador-general de normalización y programas del MTE, Rinaldo Costa Lima. “Resistimos con dar plazo general porque crea inercia, no resuelve.”

Constatado el nervosismo que eso  ha provocado en la industria, en junio el MTE  tendría decidido suspender el proceso de fiscalización y multas de los sectores que hicieran solicitaciones formales de evaluación al gobierno. Además, estaría prevista una definición hasta septiembre sobre eventuales alteraciones en la norma, que establece parámetros tan rígidos para instalaciones y usos de dispositivos de seguridad en máquinas y equipos que llegan a ser considerados como “absurdos” y “utópicos”. Por  eso mismo es siempre bueno recordar que un proceso de revisión ya está siendo conducido por la Comissão Nacional Tripartite Temática (CNTT) bajo la coordinación del MTE.

Sin embargo, aparentemente las cosas no eran exactamente así. Tras el anuncio de la postergación, mencionado en la prensa no solamente por el ministro de Hacienda Guido Mantega como por el mismo ministro del Trabajo y Empleo, Manoel Dias, el MTE afirmó en nota oficial que la fiscalización de la NR-12 “no había sido suspendida”. De hecho, según el Sinait (Sindicato Nacional dos Auditores Fiscais do Trabalho) “lo que está siendo sugerida es la adopción de un procedimiento especial de fiscalización previsto en la Instrucción Normativa – IN nº 109”, detalla el directorio ejecutivo del sindicato, explicando también que la suspensión solamente ocurrirá  mediante el cumplimiento de los requisitos establecidos por dicha Instrucción (como inexistencia de riesgos graves e inminentes) y  promoción del proceso a través de la instauración de una Mesa de Entendimiento. “El  Sindicato externa preocupación con afirmaciones como esas, que polemizan, de manera no-constructiva, con un proceso largo y virtuoso de construcción de una de las Normas más efectivas en la prevención y reducción de accidentes con máquinas y equipos”, opina el Sinait.