P U B L I C I D A D E

ABRIR
FECHAR

P U B L I C I D A D E

ABRIR
FECHAR
Voltar

El reciclaje de escombros es viable en Brasil

Perfil - Artur Granato

Con la aprobación de la Política Nacional de Residuos Sólidos, todos los municipios brasileños necesitarán disponer de un plan de gestión de residuos, hasta 2014, para la más grande sostenibilidad en la destinación de dicho material. Como alrededor del 50% hasta el 70% de los residuos sólidos generados en las grandes ciudades brasileñas son provenientes de procesos de construcción civil, reformas domiciliares o demolición, el sector pasa con desempeñar un rol importante en la destinación sostenible de ese material.

Esta edición de la Revista M&T trae como entrevistado el empresario Artur Granato, de Nortec, uno de los pioneros en la cuestión de reciclaje de residuos de construcción y demolición en Brasil. “La nueva legislación abre una discusión sobre el futuro que pretendemos legar para nuestros descendientes”, dice Granato. Según el experto, a un costo de R$ 8 por tonelada, es posible aprovechar de nuevo dichos residuos en nuevas construcciones, reduciendo el consumo de recursos naturales no renovables, como arena y gavilla. Vea sus opiniones a continuación:

Revista M&T – ¿Hasta 2014, cuando la nueva Política Nacional entrará en vigor, la disposición de residuos sólidos en sitios irregulares seguirá siendo una práctica tolerable y exento de multas previstas en la ley?

Artur Granato – No se trata exactamente de eso. La legislación ambiental existe, pero hay también una zona gris, un hiato, marcado principalmente por la ausencia de fiscalización y de un plan de gestión de dichos residuos por pare de los municipios, en el cual los profesionales mal intencionados encuentran espacio para actuar. La nueva legislación trae mayor seriedad para en enfrentamiento del problema y la viabilidad de reaprovechamiento de los residuos generados en la construcción y demolición. En eses tres años, necesitaremos superar hábitos y vencer prejuicios para que los municipios establezcan sus planes de gestión para podernos adoptar una postura más sostenible en esa área.

M&T – ¿Cuánto el país genera en residuos de la construcción y demolición (RCD) y que beneficio representaría el reaprovechamiento de ese material en términos de beneficio?

Granato – Hay una estadística que calcula la generación de alrededor de media tonelada por habitante por año de RCD. Eso significa algo alrededor de 90 millones de toneladas anuales generadas en reformas domiciliares, procesos de construcción y demolición. Considerando una tasa de reaprovechamiento de un 30% hasta 40%, de dicho material,  podemos afirmar que eso representaría alrededor de un 8% hasta 10% d la producción de agregados del país. Es decir, sería posible ahorrar entre un 8% y 10% d los recursos naturales en arena y gavilla si dichos residuos fueran trabajados correctamente para su reaprovechamiento.

M&T – ¿Por qué solamente30% a 40% de eses residuos son pasibles de reaprovechamiento?

Granato – Hay que considerar que una buena parcela de los residuos a los culos nos referimos no puede ser aprovechada una vez más en la producción de argamasa y hormigón, como madera, papelón, caño de plástico y otros. Además, dichos residuos presentan un alto índice de contaminación por materiales que comprometen la adhesividad y compactación de la masa de cimento, como es el caso de los azulejos, cerámica y materiales sanitarios. La presencia de dichos materiales en los escombros condena su aplicación a funciones de menor responsabilidad, o sea, los escombros no pueden ser reutilizados en pre-fabricado de hormigón y otras funciones más nobles.

M&T – ¿Qué vidas nuevas ese material puede ganar desde que sea debidamente manoseado y tratado correctamente?

Granato – Uno puede calcular que, de los escombros generados en las construcciones, reformas y demoliciones pasibles de reaprovechamiento, alrededor de un 70% sea compuesto por albañilería, ladrillos cerámica roja y arcilla. Eso es lo que llamamos de material rojo, que encuentra buena aplicación en pavimentación, sub-base y base de autopistas, terraplenes y nivelación de carreteras. Los 30% restantes involucran lo que llamamos de material gris, el hormigón demolido, que puede ser re-aprovechado en nuevas estructuras, desde que correctamente ensayado y sometido a procesos de tratamiento bajo riguroso control tecnológico.

M&T – ¿Cómo así?

Granato – En esa área, el mayor problema es la falta de literatura técnica sobre el tema. Necesitamos mucha investigación y una mayor comunicación para que los problemas de control tecnológico de dicho material sean solucionados. Por eso, los estándares todavía son restrictivos cuanto al reaprovechamiento de los residuos de la construcción y demolición, pues aún no tenemos un control de su calidad en la origen.

M&T – Pero hay noticias de que las reformas y construcciones de estadios de fútbol están adoptado intensamente el reaprovechamiento de las estructuras demolidas. ¿Eso no es una paradoja?

Granato – En eses casos, hay dos aspectos que deben ser considerados. El primero es que la autorización de esas obras ya imponía la exigencia de transformación de los residuos en gravillas, pero su reciclaje involucra otro departamento, que es la readecuación de dicho material para una nueva aplicación. Además, cuando trabajamos con la demolición de un estadio de fútbol, sabemos cuál es la procedencia de aquel hormigón y que él fue sometido a un control técnico riguroso. El problema es que no tenemos la misma seguridad en la mayoría de las pequeñas obras y reformas en el país. Es normal que los estándares sean restrictivos en esa fase, pero sabemos que, delante de un material sometido a ensayos y un riguroso control tecnológico, es posible re-aprovecharlo en aplicación de mayor responsabilidad. En países donde el reciclaje se encuentra en una fase más evolucionada, empresas de hormigón ya utilizan de un 30% a 40% de ese material en la producción de nueva masa de hormigón.

M&T – Tenemos la impresión de que, así como en el caso de los agregados, como el flete tiene alto impacto en el costo del producto, el reciclaje debe ser practicado cerca de los centros de generación y consumo, ¿no es así?

Granato – Exactamente, el flete es una cuestión determinante en ese caso. Además, podemos aprovechar la experiencia de otros países con el flete de retorno, aquellos camiones que retornan vacios hacia la cantera y  que podrían traer ese material con un menor costo de transporte. En las ciudades pequeñas, que generan menos residuos, las municipalidades pueden utilizarlo para la aplicación de gavillas en caminos vecinales, mejorando el transporte de la cosecha agrícola.

M&T - ¿Pero hay el costo del martillo neumático, ni siempre accesible para pequeñas municipalidades?

Granato – En ese caso, el primero punto que debe ser considerado es que, según un estudio de la USP (Universidad de São Paulo) y del IPT (Instituto de Pesquisas Tecnológicas), alrededor de un 60% de los residuos generados en las pequeñas ciudades ya se encuentra en la granulometría adecuada para esa aplicación de utilización de gavillas en los caminos, en la franja de 2 pulgadas. No hay la necesidad de un martillo hidráulico, pero solamente de un proceso de separación rápida y barata. Cuando sea registrada una acumulación de material pasible de ser transformado en gavilla, es posible solicitar el desplazamiento de una unidad, que no necesite ser un martillo hidráulico sofisticado. De esa manera, agregando un costo máximo de R$ 8 por tonelada, podemos darle una nueva aplicación para ese material, además de legar un futuro mejor para nuestros descendientes.

Fuentes:

Nortec: www.nortec.tc