La excavación de túneles por el Nuevo Método Austríaco de Perforación (NATM) se compone por varias etapas: perforación, cargamento de explosivos, detonación, ventilación, batimiento de chocos, limpieza de la roca desmontada, sustentación de techo y paredes, topografía y, nuevamente, perforación, reiniciando el ciclo. En la primera fase, son ejecutados los agujeros donde serán depositados los explosivos. El rendimiento de esa etapa influenciará en la dinámica y eficiencia de todo el restante del proceso.
Es así que Atlas Copco y Sandvik – dos de los más grandes fabricantes de jumbos de perforación con presencia en Brasil – evalúan el tema. A propósito, las empresas escandinavas ya fueron asociadas en el pasado, contribuyendo tecnológicamente para la diseminación de la excavación de túneles con el uso de barras neumáticas y bits de metal duro – el llamado “Método Sueco”. “La perforación tiene importancia fundamental en las operaciones subsecuentes”, corrobora Armando Bernardes, gerente de cuentas especiales de Sandvik Construction.
Según él, la malla de perforación es definida de acuerdo con varios factores, pero invariablemente tiene como principal objetivo el desmonte eficaz de la roca con el empleo de la menor cantidad posible de agujeros y, consecuentemente, de explosivos. “La baja calidad de la perforación y la variación de ubicación y alineación de los agujeros dificultan el trabajo del equipo de cargamento de explosivos, que pasa a tratar el cargamento en cada agujero de forma individual”, dice. “Y eso reduce substancialmente el rendimiento del proceso.”
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