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Potencial de crecimiento

Uso de telehandlers tiende a crecer en el país con la definición de las normas específicas y mayor diseminación de sus ventajas operacionales


Los manipuladores telescópicos son aún raros en Brasil.  Mismo en el ámbito mundial, constituyen una tecnología relativamente nueva, del final de los años 1970. Sin embargo, en algunos países se tornaron ya usuales, especialmente en sectores como la construcción, minería y agro negocio. También por aquí, como apuestan los fabricantes, tienden a gradualmente se tornar más presentes, y no solo en las aplicaciones de movimientos de cargas – en la cual pueden sustituir las palas cargaderas, guindastes y ascensores, entre otros equipos –, aún más en el transporte de trabajadores para realizar tareas en locales más elevados o de difícil acceso.

Convictos del potencial de crecimiento de eses equipos – también conocidos como telehandlers, del original en inglés – en el mercado nacional, los fabricantes ya se mueven para dotarlos de normas locales, aun inexistentes. “Ellas probablemente viran tras la definición de las normas para plataformas, que deben ser publicadas en meados del próximo año”, evalúa Marcelo Racca, ejecutivo de ventas de Haulotte, que dispone en Brasil equipos con capacidad de carga variando entre 3,2 t y 7 t, con elevación de hasta 17 m de altura.

ESTANDARIZACIÓN

Aun mayoritariamente importados – los de Haulotte, por ejemplo, vienen de Francia –, los telehandlers comercializados en Brasil por ahora siguen las reglas del ANSI (Instituto Nacional Americano de Estandarización, de la sigla en inglés) o de la CE (Certificación Europea), esas últimas más rígidas en los quesitos relacionados a la seguridad. “Las máquinas europeas tienes recursos tecnológicos más sofisticados, mientras las norte-americanas privilegian la robustez”, compara Gustavo Montanhan, gerente de ventas de Genie, marca del Grupo Terex para el segmento.

De acuerdo con él, los manipuladores europeos son capaces de trabar automáticamente la operación en situaciones en las cuales el límite de carga puede ser traspasado, mientras en los EEUU las normas dejan la decisión de interrumpir (o no) el proceso a cargo del operador. “Con todo, las máquinas norte-americanas caminan para se adecuar a las normas europeas, recibiendo cantidad creciente de sensores”, relata Montanham.

En Terex, cerca del 70% de los equipos vendidos en Brasil son provenientes de la operación norte-americana de la empresa (que también trae al país equipos fabricados en Italia). “Históricamente, el principal cliente de esas máquinas es el mercado de rental, en lo cual la robustez es más importante, hasta para reducir los costes de mantenimiento”, justifica el especialista de Genie, que comercializa telehandlers con capacidad de carga a partir de 2,5 t y altura de izado de casi 21 m.

Para Racca, de Haulotte, la definición de normas locales será un paso importante para el mercado de telehandlers, hasta porque aquí eses productos son utilizados en condiciones más adversas que en otros países. “En Europa, las máquinas pueden hasta caminar por las calles, pues disponen de neumáticos a aire”, dice. “Pero, en Brasil, hay obras en locales cuyos pisos pueden dañar el equipo y, si no hay cuidado, comprometer la seguridad.”

SEGURIDAD

A este respecto, los soportes constituyen un punto que por cierto será contemplado por las futuras normas brasileñas para manipuladores telescópicos. Fundamentales para la seguridad en determinadas aplicaciones ellas integran ya normas como la CE, que exige su presencia en equipos capaces de izar cargas a alturas iguales o superiores a 10 m. “Sin los soportes, ningún de nuestros modelos libera el uso de la tercera lanza a partir de esa altura”, destaca Ricardo Nery, gerente de producto de JCB, se refiriendo a la estructura que permite que el equipo llegue a su altura máxima.

JCB, dice el, fabrica una línea con capacidad de carga a partir de 1,6 t y altura de trabajo de 4 m, hasta otros capaces de 4 t a 20 m de altura. Incluso, dos de ellos – con capacidades para 3,5 t y 4 t, y alturas de 12,3 m y 17 m, respectivamente – son producidos en Brasil. En eses equipos, como explica el especialista, los soportes ni siquiera si mueven en caso sus lanzas atinjan una inclinación superior a un 57%. De acuerdo con Nery, “no es común un manipulador caerse, pero eso ocurre, principalmente con modelos que no traban automáticamente si los límites fueren traspasados”.

Ya los manipuladores de New Holland, como explica Rafael Riccardi, especialista de marketing de producto de la empresa, cuentan con otros ítems de seguridad además de los sensores,  que traban automáticamente la operación en caso el análisis de la posición del centro de gravedad indique esa necesidad. “Para minimizar el riesgo de vuelco, los equipos pueden inclinarse hasta 8 grados en la dirección contraria a la inclinación del terreno”, ejemplifica.