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Futuro en juego

La nueva edición del Estudio Sobratema del Mercado Brasileño de Equipos para Construcción muestra que el camino va a ser largo hasta la recuperación, pero ya empezó

Sin duda, el 2017 fue un año decepcionante. Cuando casi todos esperaban un giro o, al menos, un poco de alivio después de las seguidas caídas en las ventas, el año que pasó simplemente nos brindó con más del mismo, o sea, con la demanda aparente de equipos de construcción cayendo sin parar. Si, como enseña la sabiduría popular, el momento más oscuro anuncia la llegada de un nuevo día, sería el caso de preguntarse si eso también sirve para el sector de la construcción y, consecuentemente, para la industria de máquinas y equipos. El Estudio de Mercado 2017/2018 indica que sí, hay buenas razones para esperar un año mejor. Pero el escenario también requiere cautela. Al final, la crisis alcanzó al sector en su totalidad. Y la recuperación no debe ser fácil ni rápida, tampoco distribuida de forma análoga entre las distintas categorías de equipos.   El torbellino alcanzó a empresas de diferentes tamaños, de maneras distintas. Esto implica que la recuperación, cuanto venga, no debe ocurrir con la misma velocidad en todas las empresas.

El año comenzó con una mezcla de optimismo y pesimismo, aunque era mayor el descrédito. En el último sondeo de 2016, conducido en octubre por Sobratema con empresas que suelen comprar (o no, según la situación) equipos de construcción, el 30% de las constructoras y locadoras oídas se declararon "optimistas" en cuanto a la evolución de sus negocios en 2017. Al mismo tiempo, la mitad del grupo estaba "pesimista" o "muy pesimista".

No tardó mucho en que las cifras se acusaran. A mediados del año, más de la mitad de las empresas encuestadas declaró que su volumen de negocios en 2017 era "peor" o "mucho peor" que lo esperado. Y el último sondeo de 2017, en octubre, confirmó el cuadro.

Aunque sutil, la expectativa de mejora en el sector, detectada en los últimos meses de 2016, no era privilegio sólo de una minoría de empresas que compran equipos de construcción. De hecho, el Estudio de Mercado 2016/2017 previó un crecimiento de ventas en torno al 6,6% en la Línea Amarilla y del 8,4% en los Demás Equipos. Cabe recordar que, esencialmente, el presente sondeo refleja una agregación de expectativas - para cada categoría de equipo - de los fabricantes e importadores consultados.

En ese sentido, luego en los primeros meses de 2017 quedó claro que las previsiones estaban en jaque. Bastaba con mirar en el mercado. El Grupo de Distribuidores de Sobratema - que reúne a empresas que, juntas, representan aproximadamente dos tercios del mercado nacional en el segmento de la Línea Amarilla - ya lo había mostrado. En los primeros dos meses de 2017, el Grupo registró una caída del 33% en las ventas, comparado al mismo período de 2016. En ese momento, la expectativa del Grupo para 2017 era de crecimiento del 12%, por encima de 2016. El mismo grupo registró una caída del 24% en el primer semestre de 2017, ante el primer semestre de 2016, pero aún manteniendo la esperanza de un crecimiento ligeramente positivo, algo como el 1,5%, para el año completo. Consultado en octubre, el Grupo reportó una caída del 8% para el período enero-septiembre, año contra año, además de una expectativa para 2017, considerando el año completo, de caída del 17% ante 2016. Es decir, rendimiento flotante durante el año, pero con las esperanzas rápidamente evaporándose.

IMPACTOS

En contra de eso, fabricantes e importadores predijeron en octubre una caída del 9% en la Línea Amarilla para todo el año. ¿Cómo explicar esta diferencia entre distribuidores y fabricantes, además del inevitable margen de error en los dos procesos? Entre los factores posibles estarían los ajustes de stock en la cadena productiva y una mayor expectativa por parte de fabricantes e importadores, para obtener un último trimestre más cálido que en el mismo período de 2016.

Sea como sea, es interesante observar en la tabla el crecimiento de la categoría de motoniveladoras. Se trata de una familia de equipos que, históricamente, registra niveles de venta entre 25% y 45% en relación a las excavadoras hidráulicas (excluidas mini excavadoras). Y así fue hasta que el gobierno decidió dar una "ayuda" - a través del Ministerio de Desarrollo Agrario - y turbinar las ventas en 2014 para el deslumbrante nivel de 3.580 unidades - dos tercios de la cantidad de excavadoras hidráulicas vendidas en el mismo año.

Como se sabe, esas máquinas fueron distribuidas para alcaldías en el interior de los estados, principalmente para abrir y mantener carreteras vecinas, reduciendo la demanda de esos equipos en el sector privado. Esto coincidió con la caída en las inversiones en obras federales, haciendo que las ventas al sector privado cayesen. Al parecer, las motoniveladoras ya estarían recuperándose, aunque - es necesario resaltar -  las ventas en 2017 se han beneficiado por un pedido de 90 unidades por el gobierno de Maranhão.

El grupo de Demás Equipos registró un crecimiento positivo del 5%. Aquí, es importante observar el desempeño de las plataformas aéreas. Se trata de un equipo que, aunque clasificado por el Estudio de Mercado como equipo de construcción, tiene un gran potencial aparte de la construcción, en sectores como industria, comercio, mantenimiento urbano y otros. Así, si se excluyen las plataformas, el grupo de Demás Equipos presenta una caída del 12% en 2017, comparado a 2016 - en un resultado mucho más alineado a los equipos de la Línea Amarilla.

A lo largo de 2017, el Grupo de Distribuidores también analizó el impacto sectorial de la crisis. En un consenso, en la verdad poco sorprendente, se identificó la infraestructura - con destaque para pavimentación - como el sector más deprimido de la cadena productiva. Bien menos impacto habría sufrido el agronegocio, principalmente en las áreas forestal y de caña de azúcar. La minería, a su vez, dio algunos signos de demanda renovada en la última parte del año, con relatos de demanda significativa por parte de constructoras menores.

En el período que va de principios de 2013 al 2º trimestre de 2017, el PIB total cayó un 4,6%. Esto se llama "recesión". Al mismo tiempo, como "salvación", la minería y la agropecuaria tuvieron desempeño positivo, con fuerte recuperación en los últimos trimestres. Pero en la construcción, el PIB perdió nada menos que el 12,6%. Y, desgraciadamente, se quedó con el "desastre". Por otro lado, a juzgar por las respuestas del Grupo de Distribuidores, el año 2017 marcó el final de la ola de despidos que afectaba al sector desde el enfriamiento de la crisis, aunque cualquier movimiento de recontratación todavía depende de una recuperación más efectiva, y no sólo del "fin de la sangría".

El año también reveló una incautación que no inhibe, pero ciertamente impacta cualquier perspectiva de recuperación en las ventas de los equipos nuevos. Se trata de la gran flota ociosa. Basada en las respuestas de 30 constructoras y locadoras, escuchadas en octubre, el promedio simple de la flota parada, como porcentaje de las flotas totales, sería actualmente del 50,4%. Es decir, para cada máquina de trabajo, las empresas tienen otra colada, a la espera de servicio. Es un cuadro malo. Pero la media ponderada, que tiene en cuenta el tamaño de cada flota, es aún peor: 56,9%. Esto sugiere que el problema sería más acentuado en las flotas de las grandes empresas. De hecho, las empresas más pequeñas han reaccionado con mayor agilidad a la crisis, eventualmente vendiendo o devolviendo equipos (y así reduciendo el tamaño de la flota) y, en otro momento, adquiriendo equipos seminuevos por precios bastante atractivos. Mientras tanto, las empresas más grandes no habrían vendido tantos activos, algunos de ellos tendrían problemas legales para ello.

Menos impactos por la caída de la inversión en proyectos grandes de infraestructura, las empresas menores también se habrían beneficiado con los pequeños contratos que siguieron surgiendo, incluso en un mercado recesivo. También se beneficiaron de costos directos e indirectos más bajos, favoreciendo la competitividad. Además, en general las menores no fueron tan impactadas por las investigaciones de la Lava Jato.