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Evolución subterránea

Cada vez más eficientes, las técnicas de perforación no destructiva se ajustan a las necesidades de la ingeniería en los grandes centros urbanos, pero aún faltan obras para usarlas en el país

Agua potable y recolección eficiente de aguas residuales son indicadores de desarrollo de un país. Estos servicios sirven de parámetro para la calidad de vida de la población y, si son eficientes, ayudan a reducir gastos con la salud. Sin embargo, aunque los gestores públicos han planificado metas en este sentido, el escenario del saneamiento en Brasil permanece preocupante y requiere acciones más eficientes para avanzar.

Datos del Sistema Nacional de Informaciones sobre Saneamiento (SNIS), con base en el año 2013, revelaron que solo el 48,6% de los brasileños cuentan con recolección de aguas residuales y un porcentaje todavía menor, el 39%, cuenta con tratamiento sanitario. En términos prácticos, esto significa que 107 millones de personas vierten 6 mil millones de m3 de aguas residuales in natura en el medio ambiente, lo que agrava la contaminación de los manantiales. “El costo con la salud pública acaba siendo elevado para tratar enfermedades resultantes de la contaminación del agua y aguas residuales, gastos que se podrían evitar si hubiese más inversión en canalización, eliminación y tratamiento de efluentes”, provoca Edson Peev, ingeniero sénior de Herrenknecht do Brasil.

Evidentemente, la situación debería acelerar medidas, pero no es lo que acontece. De acuerdo con el estudio de Confederação Nacional da Indústria (CNI), estos servicios deberían atender a toda la población hasta el año 2033, pero para lograr esta meta en la fecha seria necesario invertir R$ 15,2 mil millones por año.  Sin embargo, el promedio histórico de inversiones en estos servicios es mucho más bajo, aproximadamente R$ 7,6 mil millones anuales entre el 2002 y el 2012.

A este ritmo, será difícil. Pero el estudio apunta además que, si no hay cambios impactantes de las políticas actuales del sector de saneamiento, la universalización de estos servicios en Brasil sólo podrá concretizarse en el 2054. Los principales obstáculos son el exceso de burocracia, la falta de eficiencia en la aplicación de los recursos públicos y los problemas de gestión, que aumentan los costos y sobrecargan precios y servicios.

Otro factor alarmante es el porcentaje del 37% de pérdida de agua tratada, que sale de la concesionaria y no llega al consumidor debido al uso de aparatos obsoletos, falta de precisión de equipos, precariedad de las redes, falta de mantenimiento y conexiones clandestinas, que hacen que, por cada R$ 100 de agua tratada, solamente R$ 63 sean facturados por las concesionarias.

ALIADOS

Además de las grandes inversiones, también hay un aspecto técnico, pues es necesario equilibrar el avance de las obras sin causar interferencias ambientales y en el tráfico de las grandes ciudades, tarea en la que – felizmente – el Método No Destructivo (MND) representa un importante aliado. Con técnicas y equipos diferenciados para instalación, recuperación o reemplazo de redes subterráneas, el MND causa bajo impacto social debido a que se evita la remoción de la pavimentación, excavación de material y transporte a escorial, por ejemplo.

Según Sérgio Palazzo, miembro del comité ejecutivo de International Society for Trenchless Technology (ISTT), las obras para instalación de redes de aguas residuales y gas serán las que más utilizarán MND en los próximos años. La renovación de las redes, sin embargo, no va seguir en la velocidad que se esperaba al inicio, de modo que la primera etapa será construir nuevas redes y realizar el tratamiento de aguas residuales aún eliminado de modo irregular. “Ya el mercado de gas natural sólo tiende a crecer, principalmente porque Petrobrás ya no será el principal player, abriendo oportunidad para inversionistas internacionales”, observa Palazzo. “En Brasil, el gas natural se desarrolló de forma razonable, pero aún está en baja”, destaca, calculando que el 99% de las aplicaciones de orificio direccional están dirigidas a la instalación de redes de gas y el 100% de las obras de microtúnel ocurren en aguas residuales.

Más que eso, las redes de agua construidas con tubería de hierro fundido antes de los años 70 presentan problemas de incrustaciones y corrosión. Palazzo, inclusive, cuenta que algunas ciudades brasileñas pierden un promedio de un 35% de agua tratada, que se escurren por ductos deteriorados. Con el avance del MND, ellas pueden ser recuperadas o reemplazadas, usando inclusive la tubería existente como guía para la inserción de la nueva red, lo que evita daños a las estructuras adyacentes y nuevas interferencias.

En la estimativa de Flávio Leite, gerente general de Vermeer Brasil, existen actualmente cerca de 150 empresas especializadas en equipos de perforación direccional no destructiva en Brasil, 70% de ellas concentradas en las regiones Sudeste y Sur. En el área de microtúnel hay algo de aproximadamente 20 empresas, con la mayor parte presente en esta misma región. La fabricante ha proporcionado más de 250 equips de MND en el país.

Por otro lado, Peev, de Herrenknecht, añade que la recesión económica y la crisis hídrica provocaron una reducción en las inversiones de la Companhia de Saneamento Básico do Estado de São Paulo (Sabesp), impactando directamente en la reducción de obras de ampliación de redes de agua y aguas residuales. “Sabesp es la mayor inversionista en métodos no destructivos en el área de saneamiento en Brasil, pero la expansión de redes está más lenta de lo que esperábamos”, destaca el especialista. “Aunque haya muchos proyectos, la Companhia Estadual de Água e Esgotos (Cedae), concesionaria en el estado de Rio de Janeiro, también está con inversiones paralizadas en esta área por las mismas razones.”